La diferencia fundamental es la gran reducción en el Escenario de Eficiencia del modo particular carretera a favor del colectivo carretera y del colectivo metro. En este escenario los modos colectivos emplean una mayor diversidad de vehículos: coche eléctrico, autobús eléctrico de distintos tamaños y metro. De esta forma, el transporte colectivo aumenta su flexibilidad para adaptarse mejor a la demanda de movilidad, y proporciona ese servicio a los usuarios finales en unas condiciones mucho más favorables que las asociadas al uso particular de esos vehículos.

 

Gran parte de ese nuevo transporte colectivo son coches de distintos tamaños operados por el Sistema de Transporte Inteligente (STI) y sobre los que el usuario contrata servicios de movilidad compartidos con otros usuarios.

 

En cuanto al metro, allí donde la red de metro ya se ha desarrollado, el STI optimiza esa infraestructura haciendo llegar el transporte colectivo por carretera hasta la red de metro.