En un sistema en el que la electricidad se genera cada vez con más renovables, la generación térmica con calderas deja de ser la opción más eficiente.

 

Si se tiene en cuenta que una caldera de gas natural (el combustible fósil de menos emisiones) de elevado rendimiento promedio (95%) produce unas emisiones de 215 gCO2/kWht.. , siempre que el coeficiente de emisiones del sistema eléctrico sea menor es preferible la opción eléctrica.

 

Ya en la situación actual, las prestaciones de todas las bombas de calor resultan tremendamente ventajosas respecto a las de una caldera de gas. Ventaja que se acentúa en un sistema eléctrico cuyo coeficiente de emisiones tiende a cero por la masiva incorporación de renovables.

 

La opción eléctrica permite a los usuarios ofrecer servicios de gestión de la demanda con la regulación del encendido o apagado automático de sus sistemas de climatización (actuando sobre los termostatos), sin afectar a su confort, lo que contribuye a la eficiencia y a la mejor regulación del sistema.