Se completan los escenarios de consumo con el sector primario y los servicios públicos. Incluso, y con el objetivo de prescindir totalmente de los combustibles fósiles, se incluyen también los usos no energéticos (por ejemplo, cuando se utilizan como materia prima para plásticos).

Los niveles de eficiencia aplicados son más conservadores. Aun así, si comparamos consumo de energía final del Escenario de Eficiencia con respecto al Escenario de Continuidad, tenemos un ahorro del 31% para el sector primario, un 62% para el sector servicios públicos, y un 20% para los 'usos no energéticos'.

Todos los sectores pueden reducir significativamente su demanda energética gracias a la incorporación de criterios de inteligencia y eficiencia energética, a la electrificación y al uso directo de energías renovables. Además, las personas pueden reducir su consumo energético mediante hábitos ahorradores, elección de productos eficientes, ecológicos y locales, e incluso con una dieta menos intensiva en carne.